martes, 3 de septiembre de 2019

“Puto el que me toca”



“Puto el que me toca”
“Puto el que me toca”
“Puto el que me mira”
Se empujan
Se pegan
Se caen
Están en el tren
Son 5 hijos de la calle
Se aguantan, se ríen, se empujan, se pegan, SE SIENTEN
“Puto el que me toca” 
Una “milica” los reta varias veces
“La milica” le aprieta el hombro
“Puto el que me toca” 
La gente se ríe cómplice de los niños
“la milica” se baja acomodando su arma de modo sugerente
Los niños se ríen
“Ya no hay más milica, ahora no zafas” se dicen, se empujan, se pegan, se caen
“Puto el que me ignora” gritan todos a la vez en dirección a “la milica”
La gente se mira, ya no se ríe
Los niños se sientan y viajan sin empujar

Ayelen Galeano


domingo, 1 de septiembre de 2019

Feminacer



No es que un dia me levante y me puse feminista como quien se estrena
una remera o se pone descompuesta.
Un dia me levante y sentí tanto asco por el tipo que me grito cuando
iba en bicicleta, que no dude en que no quería más eso, ni para mi, ni
para nadie.
Un dia me levante y senti tanto enojo por la violencia que mi papá
ejercía a nosotras, que la agarre a mi mama y le dije que la iba a
abrazar en luchas hasta que esto se termine.
Un dia me levante y me dio tanta bronca el pibe con hambre,
“la otra” que no quiere a su bebé, “ese” que abandonó a la piba
embarazada, la farmaceutica que le negó a la chica la pastilla del
dia despues que me embarace de aborto, me embriague de lucha y
aborte al patriarcado.
Un dia me levante y dije “creo que estoy floreciendo”...así, como que
me rodea un aire denso lleno de aroma a nuevo así como bañada
de sol vital, así abriendo los pétalos como se abren miles de cajas
que dejan escapar pensamientos en mi cabeza.

Un dia me levante y me di cuenta que FEMINACI. 
Ayelen Galeano

PH Laura Egea Skrabal


viernes, 30 de agosto de 2019

Acompañar la pérdida



Se tiró al piso rota.
Beso su foto en la placa.
Le pregunto incesantemente porque lo hizo.
No puede responder “porque”, ni ahora, ni antes, ni después.
Le pidió otra decena de veces que vuelva.
No va a volver, no por lo menos ahora y como ella quisiera.
Su nombre resuena en mi cabeza mientras su madre lo grita entre llantos.
Yo estoy parada ahí, la veo...dudo si dar el primer paso, si es acertado,
si debo cortar el momento, si soy merecedora de hacerlo.
Se me adelanta la pierna, dudosa, ya lo estoy haciendo sin teorizarlo tanto
por el rabillo del ojo, veo por sobre mi hombro, la campera verde de mi
compañero. Llegamos juntos al piso. Me da seguridad de que di el paso en
el momento justo.
Respiro hondo, nos miramos decididos, tomamos todo su cuerpo, con
nuestra manos, con palabras con lo que tenemos.
Alojar, contener, cientos de veces me lo dijeron en la Universidad, nunca
me dijeron cuando tenia que dar el par con mis piernas dudosas y el
corazón a galope. Nunca me dijeron como.
Se levanta, sabe que no la vamos a dejar  y a pesar del dolor nos
agradece, mientras me deja sus lágrimas, en mi campera de cuero negra.
Las guardo en mi bolsillo para mi, para más tarde. 
Estamos firme a su lado. Me suelta y abraza a su compañero de vida.
Yo me abrazo al mio de trabajo, cómplices, sosteniendonos,
porque también necesitamos sostenernos para sostener. 
Me llevo el abrazo y las lágrimas de sus padres en mi campera, me llevo
la mirada y el abrazo firme de mi compañero consintiendonos en que
hicimos bien, me llevo pares de ojos llenitos de lágrimas de sus seres
queridos, me llevo la certeza de que a pesar de esos instantes
volvería a ser TRABAJADORA SOCIAL. 

Ayelen Galeano

lunes, 26 de agosto de 2019

Qué pasa con el género en la economía


Qué pasa con el género en la economía


En el siglo XIX, el feminismo era un movimiento ya conformado y transitaba la primera ola, a pesar de la heterogeneidad que lo caracteriza hasta hoy en día, comenzó a producir teoría que incidió en el cuerpo central de diferentes disciplinas. El interés por la ciudadanía y la democracia fue central  pero, no sucedió lo mismo con la economía, que a pesar de la fuerte crítica que realizaba el movimiento a las tradiciones existentes, reclamando el derecho de las mujeres a tener un empleo y denunciando las desigualdades laborales y salariales entre sexos, no generó un gran cambio en sus categorías conceptuales y analíticas. Diferentes paradigmas económicos han abordado el tema del trabajo y mujeres pero siempre manteniendo una perspectiva analítica de carácter androcéntrico y patriarcal.
La economía aún sigue regida por el paradigma Neoclásico, este, como dice Cristina Carrasco en sus supuestos teóricos, simplifica y estereotipa la naturaleza de la vida de las mujeres, las relaciones sociales y las motivaciones económicas, visibilizando a las mujeres sólo como esposas y madres dentro de la familia tipo, donde el varón es el que sale al mercado de trabajo. Considerando a las primeras menos productivas y dependientes económicamente de sus maridos, lo cual reproduce una idea aún más profunda donde la mujer es desigual e inferior en sus capacidades y se convierte en una obligatoriedad vivir en la monogamia heteronormativa, modelo de familia que en la actualidad está en crisis, y presenta nueva formas las cuales no están incluidas en dicho modelo neoclásico. 
A pesar del ingreso masivo de las mujeres en la esfera pública, y de las formas modernas de empleo que desestabilizaron las formas antes conocidas de ubicación social entre hombres y mujeres, aún se sostienen estas falsas representaciones de la realidad económica de las mujeres, lo cual conlleva a un déficit en la construcción de los derechos reproductivos. 
La división entre lo público y lo privado, la feminización de las tareas de cuidado y actividades domésticas, la división sexual del trabajo, entre otros, son aspectos característicos del sistema capitalista que reproducen las construcciones arraigadas de los roles de género, que debemos cuestionar, interpelar y repensar. “En el capitalismo, la responsabilidad de sostener la vida se privatiza y se feminiza” (Perez Orozco. 2014). Así como también, en oposición a esto, encontramos a la ciencia y la racionalidad identificada con la masculinidad. (Ferber. 2004). 
Por ello, es preciso resaltar el aporte de la economía feminista, que corre el eje del concepto clásico-tradicional del homoeconomicus (en correlación con la ciudadanía universal impuesta por el sistema heteropatriarcal), para depositarlo en las relaciones humanas y la calidad de vida de las personas. La economía feminista contribuye a alejarnos de la hegemonía capitalista e interpelar, analizar y repensar las relaciones de poder, la vida cotidiana y la dialéctica entre trabajo reproductivo y trabajo productivo. Como plantea Perez Orozco, esta es una de las críticas que realiza el feminismo a la economía: la invisibilización de la reproducción, en palabras de esta autora esta ocultación no es casual sino que, funciona “como mecanismo clave para absorber la tensión a la que el capital somete a la vida”. (Perez Orozco. 2014).  Esta concepción de la economía clásica, aún vigente y predominante, pone de manifiesto una ceguera estratégica proveniente del pensamiento hegemónico dominante. Lentamente, la economía feminista va permeando la ciencia económica e intentando romper con la ‘ceguera económica’ como plantea Yolanda Jubeto. (2009). Como mencionan Ferber y Nelson (2004) la definición de la economía debe centrarse en la relación de los seres humanos con el mundo, orientada a la supervivencia y abastecimiento de la vida.
La responsabilidad colectiva sobre la sostenibilidad de la vida es un eje que debe transversalizar tanto los sistemas económicos como las relaciones sociales y el diseño, gestión e implementación de políticas públicas y la asignación de presupuesto para las mismas. Esto conllevará a una deconstrucción de la concepción tradicional universalista de la ciudadanía para la construcción de un concepto de ciudadanía con perspectiva de género, que permitirá una transformación de las relaciones humanas y el ejercicio tanto de derechos como así también obligaciones y responsabilidades -desde esta postura, consideradas co-responsabilidades, con implicancia en la construcción de lazos comunitarios-colectivos para la mejora de la calidad de vida. En los últimos años ha crecido considerablemente la producción teórica del feminismo, así como también de la economía feminista. Es sumamente importante que estas teorías transversalicen la decisión política, en palabras de Yolanda Jubeto destaca dos condiciones en relación al Estado: “el Estado se defina como un espacio de justicia social y tenga la capacidad estructural de institucionalizar las nuevas demandas de igualdad; (...) y la sociedad apoye ampliamente a las organizaciones feministas que desenmascaran las jerarquías basadas en el sexo(...).” (Jubeto. 2009.) Por lo tanto, sin decisión política y permeabilidad social es imposible construir un Estado con perspectiva de género. 
Considerando que la ciudadanía puede alterar la forma en la cual se estructura la distribución de la riqueza y el ingreso de la asignación de los recursos producidos por el mercado. La ciudadanía se relaciona directamente con la desigualdad y la exclusión. Por lo tanto, incorporar la noción afectiva, subjetiva, emocional de la cotidianeidad de los cuerpos al análisis económico es clave para el fortalecimiento del pleno ejercicio de la ciudadanía. Es un diálogo continuo y dinámico entre producción y reproducción. 
Asumir la corresponsabilidad en las tareas de cuidado, romper con la segmentación horizontal y vertical (entendiendo la primera como las paredes de cristal en donde las mujeres se insertan en puestos/profesiones de menor dinamismo y en relación por lo general a tareas de cuidado como educación, salud; y la segunda, también llamada techo de cristal, refiere a la escasez de oportunidades y dificultad para acceder a puestos de jerarquía y decisión), abolir la brecha salarial, que las políticas públicas y la asignación de presupuesto acompañen y garanticen la conciliación entre producción y reproducción, son aspectos clave en la transformación social que busca el feminismo.
Bibliografia: Carrasco, Cristina (2001), “La valoración del trabajo familiar doméstico:aspectos políticos y metodológicos”, en Rosalba Todaro y Regina Rodríguez(eds.)El género en la economía, CEM e ISIS Internacional. 
Carrasco, Cristina (2006), “La Economía Feminista: Una apuesta por otra economía”, En: María Jesús Vara (ed). Estudios sobre género y economía,Madrid: Editorial Akal.
Cavallero, Lucía - Gago, Verónica. (2019) Una lectura feminista de la deuda: ¡Vivas, libres y desendeudadas nos queremos!  1a ed .-Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Fundación Rosa Luxemburgo.

Jubeto, Yolanda (2008), “La economía feminista: una apuesta a favor de los derechos económicos, sociales y políticos de las mujeres”, en Amaia del Río,Rocío Lleó y Saria Martín (coords.)(2008),El espacio crítico feminista. Alianzas entre ONGD y organizaciones de mujeres latinoamericanas, HEGOA y ACSU.
Jubeto, Yolanda (2009). Debates actuales en la economía feminista. Aportaciones de los congresos de economía feminista.  Universidad del País Vasco. 
Nelson, Julie (2004) “¿Estudio de la elección o estudio del abastecimiento? El género y la definición de economía”, en Ferber, Marianne, y Nelson, Julie(eds.), Más allá del hombre

Egea Skrabal Laura
Galeano Ayelen

Si me preguntan…




Si me preguntan ¿que es el feminismo?


Para mi es fuerza colectiva que nos une,


nos une en un mar de miradas y abrazos infinitos.


El feminismo me enseñó a transformar ese nudo en la garganta

en un grito, un grito colectivo que no ahoga, sino que libera. 

El feminismo me enseñó a que no estoy sola,

sino a que estamos juntas,

y  así somos más fuertes.


¿El feminismo me transformo?

si, me convertí ahora soy parte de la marea.


Yamilu Brandan


PH: Laura Egea Skrabal
¨Yamilú¨


viernes, 23 de agosto de 2019

Incluyendo a TODES

Eh escuchado hablar de inclusión infinidad de veces.
Tengo conocidxs que trabajan en inclusión.
Hay teorías que hablan de incluir, estrategias, espacios, etc.
Cuando comencé a utilizar la E recibí criticas de todo tipo.Que si quería
incluir que vaya  a estudiar “lenguaje” de señas, que el uso de la E era
una pavada que no servía para nada, que nos hacíamos las rebeldes,
que queríamos cambiar hasta la forma de hablar, que que nos pensábamos
las feministas, etc, etc, etc.
Fui a estudiar lengua de señas ahí descubrí que es una lengua y no un
lenguaje porque el lenguaje es una capacidad del ser humano,en cambio
la lengua es un sistema de comunicación propio de una comunidad.
También me contaron que esa lengua, como todas las lenguas,
se va modificando, que los más jóvenes siempre introducen cambios,
y que hace poco pidieron que el TODES comience a ser parte de esta lengua.
No solo eso, un dato muy curioso, y que aún estoy tratando de masticar,
es que en los comienzos de la lengua de señas en argentina, había dos
escuelas, a una asistían los varones, a otra, las mujeres.
Cuando estos querían comunicarse, no podían entenderse, ya que su lengua,
era diferenciada. A la hora de unificarla, una predomino sobre la otra,
claro, la de los hombres paso a ser la única.
Hace poco, comencé con mi amiga un seminario de género, discriminación
y desigualdad, solemos anotarnos en todos los cursos que podemos,
amamos estudiar y habitar espacios de formación sin importar si la misma
es académica, popular, introductoria, de postgrado, de un encuentro solo o
de largos periodos, si podemos, lo hacemos.
En la primera clase nos pidieron que no nos sentemos en las dos primeras
filas del auditorio porque allí se ubicaban las compañeras sordas y las
ciegas, había traductoras de lengua de señas, había mujeres, trans
travestis, varones, compañeras sordas, mudas, adultxs, jóvenes, etc.
Una diversidad pocas veces vista en espacios de formación,
conviviendo y respetándonos.
En el segundo encuentro nos dieron la bienvenida y Claudia Soto, la
vicerrectora del Joaquín V. Gonzales (espacio de formación si los hay),
nos explicó que esta era una experiencia pionera en el país que
estábamos construyendo algo nuevo entre TODES, apareció la E otra
vez para hacerme mil ruidos internos. Las compañeras ciegas explicaron
que necesitan que los textos sean en un formato especial para poder ser
trabajados por ellas, que si hay un power point frente a ellas o cualquier
tipo de imagen debe ser descrita con detalles que ellas así pueden
representar en su mente, a la vez las compañeras sordas solicitaron que
se hable de a una, que cada una levante la mano antes de hablar, que lo
hagan de frente para poder leer nuestros labios, que pausemos el habla
para que puedan entendernos y ser traducidas, etc.
Claudia también nos dijo que “es interesante el lenguaje inclusivo porque me
estoy retorciendo el cerebro cuando lo estoy haciendo y sé a quién me refiero,
y a quien quiero nombrar, es una estrategia política” y ahí sentí que en esa
simple frase se resumía una lucha, el de poner en una E a todes les
diversidades no binarias y que al hacerlo me obligo y obligo al resto a
pensarlas, aunque sea desde el enojo de la deformación del lenguaje.   Y ahí
vuelvo a pensar en la diferencia entre lengua y lenguaje y comienzo a pensar
que la E enoja, moviliza y genera preguntas porque pone en jaque un sistema,
el de comunicación propio de esta comunidad, y ningún sistema quiere ser
cuestionado y obligado a dar un giro copernicano donde se altere su forma.
En ese segundo encuentro, en un aula, comenzamos a interactuar todes
lxs presentes, claro que tuvimos que aprender en conjunto "como".
Realizamos un ejercicio de psicodrama, y me generó mucha ansiedad
pensar cómo íbamos a hacer para trabajar las compañeras sordas, con
las ciegas con las que creemos que vemos y escuchamos todo. La
consigna fue representar en una imagen estática, con nuestros cuerpos
la desigualdad. Sorpresivamente para la mayoría nos organizamos
velozmente, todas podíamos decirnos con gestos, con palabras, con señas,
con paciencia, con empatía, con sororidad, que queríamos representar.
Cada imagen fue distinta y reveladora, no había ningún grupo donde no
hubiera diversidad, todas conocíamos formas diferentes de desigualdad, y
las estábamos demostrando con el cuerpo.
Varias cosas me sorprendieron, la facilidad para representar la desigualdad,
lo instalada que está en nuestras cuerpas  la desigualdad, y la facilidad de
comunicación entre todes, cuando el deseo es incluir.
Ese día no solo pude representar la desigualdad con mi cuerpa, sentirla y
comprender que la tengo escrita en mí, sino también que pude sentir en carne
propia qué significa incluir. Consideramos ese día con mi amiga cuando nos
volvíamos muy emocionadas, movilizadas, comentando la jornada, que era la
primera vez, que sentíamos que estábamos incluyendo, que no hay barreras
físicas, sino que la inclusión es emocional, es interna, que tenemos instalado
en nuestra cuerpa la desigualdad, pero también la igualdad a la que queremos
llegar. Y que sabemos que la igualdad no es un punto de llegada, sino de
partida para seguir conquistando derechos y sanando almas. 





Ayelen Galeano


Que enroscadas son las minas

PH: Laura Egea Skrabal


“Que enroscadas son las minas” le dice un pendejo a otro en el bondi. Los escucho y me sonrio.
Me acuerdo la cantidad de veces que nos enroscamos en debates para ver cómo ayudamos a la compañera que sufre violencia.
pienso automáticamente cuando me enrosque con la doctora piola de la salita para ayudar a abortar  a una amiga.
Al toque viene a mi cabeza los enrosques que armamos con las pibas para sostener a la compa que la abandonó embarazada y con un par de pibes un típico machista.
nos enroscamos en trueques, en ferias, en varietes sororas. así conseguimos el morfi para los nuestros, el pañal para el wachin de la esquina, el miso para la amiga, la exclusión de hogar para el ortiva.
PH: Laura Egea Skrabal
Parimos y abortamos enroscadas entre amigas, nos organizamos enroscadas en abrazos, cantitos y sonrisas, nos enroscamos en un beso torta de mentira para que levanten la causa de Mariana Gómez, y para absolver a Higui frente a cualquier fiscalía, enroscamos pancartas con consignas, enroscamos colitas en el pelo antes de una marcha frente a la yuta represiva.

Mira que no vamos a ser enroscadas las minas! Si estar enroscadas nos mantiene unidas, empoderadas y VIVAS!

Autora: Galeano Ayelen.